Los coleccionistas de cítricos ya pueden disponer en nuestro centro de jardinería Tot en Ú de un hermoso árbol frutal de hoja perenne, que puede llegar a alcanzar algo más de dos metros de altura, con hojas inusualmente brillantes y elegantes flores blancas: el Citrus bergamia, también conocido como pera del Bey, pera de bey o bergamota.
A los amantes del té negro, seguro que si les hablamos de la bergamota saben que es, ese aditivo que le da a su taza de té ese encantador aroma que con una sola taza se extiende por toda la casa.
Características de la bergamota
Se trata de un árbol de hoja perenne. Probablemente un híbrido resultado de cruzar la naranja agria y un limón ácido, tal vez el Citrus limetta, con el que se le confunde. Es originario del sudeste de Asia y el nombre se le dio en honor a la ciudad de Bérgamo (Italia) donde gran cantidad de plantaciones enteras de bergamota fueron cultivadas allí.
Su fruto es una fruta cítrica de tamaño pequeño y de forma similar a la de una pera. Su sabor es agrio y su aromática piel se utiliza para obtener aceite esencial.
Pertenece a la familia de las Rutáceae. Tiene el tronco liso, copa abierta y muy ramificada. Las hojas son duras, lustrosas y aserradas. Sus flores son blancas, pequeñas y aromáticas.
Cuidados de la Bergamota
La Bergamota, como cualquier otro cítrico en general, no demanda muchos cuidados, aunque sí ciertas cautelas.
Ubicación: Lo ideal es que esté a pleno sol ya que necesita de una buena iluminación. En patios y terrazas puede cultivarse en maceta donde queda muy elegante.
Temperatura: Como todos los cítricos ama la calidez. Estará bien en primavera-verano con temperaturas de 25 a 35ºC. En invierno la temperatura más baja hará que entre en su período de descanso lo que hará que fructifique cuando sea el momento adecuado. El período de crecimiento llega en febrero cuando la temperatura va elevándose de forma gradual.
Suelo: Requiere un suelo fresco y con buen drenaje. Si es ácido, asimilará mejor el hierro.
Riego: Debe contar con la humedad suficiente evitando siempre el encharcamiento. En el riego procuraremos que se moje todo el cepellón.
Abono: Será a partir del primer año cuando aplicaremos un fertilizante especial para cítricos.
Trasplante: Los cítricos no responden bien al trasplante, por lo que si lo hacemos porque está en una maceta debemos respetar su sistema radicular. Lo trasplantaremos cada tres años poniendo una capa de drenaje para que no tenga exceso de humedad.
Poda: Si no surgen chupones no lo podaremos durante los dos primeros años.
Plagas y enfermedades: Especialmente suelen sufrir el ataque de las cochinillas y el minador de los cítricos. Consúltanos sobre el fitosanitario adecuado y recuerda si vas a consumir los frutos respetar el período de seguridad.
Se trata de un cítrico, al que no debemos de cambiar de lugar si lo tenemos en maceta, eso de ir de cambiando de ubicación lo lleva mal, le pasa como al Ficus, es lo que llamamos el síndrome de la casa nueva, expulsa el follaje hasta que vuelve a aclimatarse, por eso no debemos cambiarlo si nuestro árbol crece bien.
Usos de la bergamota
El sabor de la bergamota se caracteriza por un toque de acidez y de amargor, por esta razón la pulpa de la bergamota se consume rara vez, sin embargo, la raspadura de la cáscara sí que se utiliza.
El aceite esencial que se extrae de la piel de esta fruta amarga es muy apreciado por su capacidad de combinación con una gama amplia de esencias para formar distintas mezclas que hacen que sus componentes se complementen entre sí.
Se usa para aromatizar las variedades de té Earl Grey y Lady Grey. También se utiliza mucho en confitería. En perfumería, en el siglo XVII en Colonia (Alemania) la bergamota era uno de los componentes originales usados en el agua de colonia.
La Bergamota la presentamos como planta joven en contenedor de 17 cm de diámetro en nuestro centro de jardinería.