+34 666 555 009 (Carlos) | +34 610 221 430 (Cristóbal) garden@totenu.com

El género Aeonium spp. es muy apreciado en jardinería por su resistencia, estética y adaptabilidad. Sus rosetas de hojas turgentes en el extremo de largos tallos y su aspecto de arbolito, le dan un lugar privilegiado entre las crasas.

Su distribución natural en las Islas Canarias y regiones mediterráneas hace que sea una opción excelente para jardines en España, donde el clima seco y cálido es predominante en muchas zonas.

Uno de los usos más destacados del Aeonium es en jardines de bajo mantenimiento o xerojardinería. Debido a su capacidad para almacenar agua en sus hojas carnosas, estas plantas pueden resistir largos períodos de sequía sin necesidad de riego frecuente.

En España, donde la escasez de agua es un problema en algunas regiones, esta característica las convierte en una alternativa ideal para jardines sostenibles y eficientes en el uso del agua.

Su crecimiento en forma de roseta y su variedad de colores, desde verdes brillantes hasta tonos púrpuras y rojizos, hacen que el Aeonium sea una planta perfecta para jardines de rocalla.

Combinan muy bien con otras suculentas y especies como Agave, Echeveria o Sedum, creando contrastes visuales llamativos y texturas interesantes en la composición del paisaje.

Muchas especies de Aeonium se cultivan en macetas debido a su porte compacto y su atractivo ornamental. En terrazas y patios urbanos, aportan un toque exótico sin requerir cuidados excesivos. Son especialmente populares en las ciudades costeras de España, donde las temperaturas suaves permiten su desarrollo durante todo el año.

Gracias a su capacidad para extenderse y colonizar superficies rocosas o arenosas, algunas especies de Aeonium se utilizan para la cobertura vegetal en taludes y pendientes, ayudando a evitar la erosión del suelo. Esta característica es aprovechada en áreas secas y montañosas de España, como el sureste peninsular o Canarias.

Las inflorescencias de Aeonium producen pequeñas flores amarillas o rosadas que atraen a polinizadores como abejas y mariposas. En jardines ecológicos y espacios diseñados para fomentar la biodiversidad, estas plantas juegan un papel importante en la conservación de insectos beneficiosos, especialmente en primavera, cuando florecen.

Flores de Aeonium

El origen del Aeonium.

El género Aeonium spp. es originario principalmente de las Islas Canarias, aunque algunas especies también se encuentran en Madeira, Marruecos y ciertas zonas del Mediterráneo. Su capacidad de adaptación a suelos volcánicos y áridos ha permitido su expansión a otras regiones con climas similares, como el sur de España.

El Aeonium pertenece a la familia Crassulaceae, que agrupa a numerosas especies de plantas suculentas. Esta familia se caracteriza por su capacidad de almacenar agua en sus hojas carnosas, lo que les permite sobrevivir en condiciones de sequía.

En diferentes regiones de España y Canarias, el Aeonium recibe varios nombres comunes, entre ellos: Siempreviva canaria (especialmente en Canarias, donde es autóctona), Rosa de cumbre o Rosa de montaña (por la forma de sus rosetas y su hábitat en zonas elevadas) y Oreja de burro (nombre asociado a Aeonium haworthii debido a la forma de sus hojas), entre otros.

Variedades más populares de Aeonimus.

Existen alrededor de 40 especies dentro del género Aeonium spp., pero algunas de las más populares en jardinería son:

  • Aeonium arboreum: Una de las especies más comunes, con tallos ramificados y rosetas de hojas verdes o púrpuras. Su variedad ‘Zwartkop’ es muy apreciada por su color casi negro.
  • Aeonium haworthii: Conocido como ‘oreja de burro’, presenta rosetas más compactas y hojas con un borde rosado.
  • Aeonium canariense: Nativo de las Islas Canarias, forma grandes rosetas verdes y es muy resistente a la sequía.
  • Aeonium undulatum: También endémico de Canarias, se caracteriza por sus grandes rosetas verdes y su porte erguido.
  • Aeonium tabulaeforme: Tiene una apariencia muy llamativa, con una roseta plana y densa que crece pegada al suelo de color verde azulado claro.

Características del Aeonium.

El Aeonium posee raíces fibrosas y superficiales, adaptadas a suelos pobres y rocosos. En ambientes secos, desarrolla raíces adventicias en los nudos del tallo para absorber la humedad del aire o del sustrato circundante.

Sus tallos pueden ser erectos o ramificados, dependiendo de la especie. Son generalmente leñosos en la base y más tiernos en la parte superior, donde se desarrollan las rosetas de hojas. En especies como Aeonium arboreum, los tallos pueden alcanzar más de un metro de altura.

Las hojas se agrupan en rosetas densas y pueden ser verdes, amarillentas, rojizas o púrpuras, según la variedad y la exposición al sol. Son carnosas, con márgenes lisos o dentados, y su forma varía entre oblonga, espatulada o lanceolada. Esta morfología les permite almacenar agua y resistir la sequía.

Las flores son pequeñas y en forma de estrella, generalmente de color amarillo, aunque en algunas especies pueden ser blancas, rosadas o anaranjadas. Se agrupan en inflorescencias terminales, que emergen del centro de la roseta en tallos largos y ramificados.

El Aeonium florece principalmente en primavera y verano, aunque el momento exacto depende de la especie y el clima. Un rasgo característico es que muchas especies son monocárpicas, es decir, que la roseta madre muere tras la floración, aunque la planta puede seguir viviendo si ha producido brotes laterales.

El fruto del Aeonium es una cápsula seca que contiene numerosas semillas minúsculas. Estas semillas son muy pequeñas y ligeras, lo que facilita su dispersión por el viento.

Aeonium tabuliforme

Cuidados del Aeonium.

El Aeonium necesita una ubicación con buena iluminación. Cuanto más sol reciben, más profundo es el color de las hojas, y mayor el contraste con el brillante amarillo de las panículas de florecillas que emiten los ejemplares maduros al empezar la primavera.

En climas muy calurosos es recomendable protegerlo del sol intenso del mediodía para evitar quemaduras en las hojas. Si se cultiva en interior, debe colocarse en un lugar bien iluminado, cerca de una ventana.

En el jardín, el Aeonium prospera en suelos bien drenados, preferiblemente arenosos o volcánicos, similares a los de su hábitat natural en Canarias. No tolera el encharcamiento, por lo que es importante evitar suelos arcillosos o compactos.

Si se cultiva en maceta, es recomendable usar un sustrato especial para suculentas. Es fundamental que la maceta tenga agujeros de drenaje para evitar la acumulación de agua y no está de mal aportar en la base una capa de grava o arcilla expandida.

El Aeonium prefiere temperaturas entre 15 y 25°C. Tolera el calor, pero sufre con temperaturas inferiores a 5°C. En regiones con inviernos fríos, es recomendable protegerlo de las heladas o trasladarlo al interior.

En cuanto al riego debe ser moderado, regar cuando el sustrato esté seco (aproximadamente una vez por semana en lo que respecta a la primavera y el verano. En otoño e invierno si que hay que reducir el riego, ya que muchas especies entran en reposo y su crecimiento se ralentiza. Regaremos solo cuando el sustrato esté completamente seco.

Se recomienda abonar durante la primavera y el verano con un fertilizante específico para suculentas, rico en potasio y fósforo, pero con bajo contenido de nitrógeno para evitar un crecimiento excesivo de los tallos. La frecuencia ideal es una vez al mes. En otoño e invierno no es necesario abonar.

No requiere poda como tal, pero se pueden retirar hojas secas o dañadas para mejorar su apariencia.

Aunque el Aeonium puede reproducirse por semilla, en jardinería es más común la propagación por esquejes de tallo o rosetas.

Plagas y enfermedades del Aeonium.

Ahora veremos las principales plagas y enfermedades que pueden afectar al Aeonium, junto con sus causas y formas de prevención o tratamiento:

Entre las plagas podemos toparnos con cochinilla algodonosa (Planococcus citri), pulgones (Aphididae), araña roja (Tetranychus urticae), caracoles y babosas. Las dos primeras se previenen o tratan con insecticida sistémico. La araña roja con acaricida y los caracoles y babosas con cebos específicos.

En cuanto a enfermedades podría aparecer la podredumbre de raíces y tallos (Phytophthora spp., Fusarium spp.) por exceso de humedad o mal drenaje. El Oídium por alta humedad y mala ventilación. Y la Botrytis cinerea por exceso de humedad con temperaturas frías. Su tratamiento tanto preventivo como curativo es a base de fungicidas específicos.

Para evitar estos problemas, lo más importante es proporcionar al Aeonium un ambiente seco, con buen drenaje y ventilación.

Su comportamiento a lo largo del año es curioso: en verano sueltan hojas y reducen la roseta al mínimo para poder soportar el calor y la sequía, retomando su esplendor en otoño cuando bajan las temperaturas y el aire es más húmedo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
× ¿En qué te puedo ayudar?